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miércoles, 23 de julio de 2014

AEDE, Canon Google y la estupidez humana llevada al extremo

A estas alturas suponemos que el lector está al día sobre el nuevo canon que se pretende imponer a webs, blogs o incluso redes sociales que enlacen noticias de ciertos periódicos en Internet. Una brillante e impresionante medida, magnífica, única ¡Que salvará la prensa de toda España! Nuestra ¡España! ¡Una! ¡Grande! ¡Unida!  

Sarcasmos aparte, la AEDE (Asociación de Editores de Diarios Españoles), o mejor dicho: PRISA, Vocento, Grupo Zeta, Unidad Editorial, Grupo Godó, Editorial Prensa Ibérica (y una extensa lista de dominios)… pretende que los usuarios y webmasters paguen un canon por compartir enlaces de sus diarios en Internet. La locura se apodera de un sector absolutamente en decadencia, incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos y que trata de atrasar su destino –la muerte- a base de medidas desesperadas y absolutamente inútiles.


Que pretenden conseguir

Bajo el -falso- pretexto de una contra prestación a los periódicos por una -falsa- pérdida de visitas en sus webs, pretenden, a mi modo de entender, re captar algo de dinero a base de una especie de impuesto revolucionario por una clara falta de lectores, cada vez más abismal. Como nadie paga por las noticias de internet, los nuevos periódicos online (que muchos de ellos no forman parte de AEDE), los nuevos bloggers así como los servicios de intercambio de links como Menéame, le están quitando el pan a unos dinosaurios vendidos al capital y, obviamente, al gobierno central que se encarga de subvencionarlos con dinero público a cambio de una “buena afinidad informativa” (siendo algo eufemístico).

Seguramente algún buen consejero del CNI habrá leído nuestro anterior artículo, donde poníamos a parir la incapacidad tecnológica de nuestros dirigentes. Haciéndoles entender que los nuevos pensamientos revolucionarios tienen Internet como cuna y cobijo. Su intencionalidad –política- es cortar con el contra periodismo, dando un voto a favor, una vez más, al nauseabundo sector oficialista.  

Con ello España se convierte, una vez más –y una vez más no nos extrañamos- en una vergüenza internacional. Sinónimo de represión y fiscalización de todo aquello que puede acabar con el status quo generado por la casta oligárquica dominante. Es decir, un ejemplo más de la prohibición de todas aquellas actividades que ponen en peligro un chiringuito que cada vez se aguanta menos.


Que van a conseguir

Van a conseguir una caída enorme de visitas online de los diferentes periódicos oficialistas físicos (se habla ya, como mínimo, de una caída de 2 millones de visitas mensuales que genera Menéame, por ejemplo) que, para nada, irá acompañada de una subida de venta de ejemplares físicos. Ya pueden olvidarse de eso. Los menos avispados seguirán leyendo los discursos oficialistas sin comentarlos, sin compartirlos, minimizando su efecto social y, por lo tanto, disminuyendo el impacto en internet de las noticias generadas por dichos individuos propios de la casta periodística de este lamentable país.

Como contrapunto, y posiblemente una de las intencionalidades directas de ésta ley trampa (claramente manipulada y con una segunda lectura) es la de volver a unificar los puntos de información por parte de la población. Se acabó eso de leer en diferentes periódicos (mediante enlaces en redes sociales / Menéame / blogs…)  las noticias generando así un pensamiento crítico en el usuario. A partir de entonces los lectores volverán a sus antiguas costumbres, leer solo y únicamente los diarios afines a su pensamiento político, permitiéndoles manipular de nuevo a tales insensatas mentalidades.

Los más avispados buscarán medios de información alternativos, fomentando el contra periodismo. Nuevos medios que posiblemente pueden transmitir un mensaje anti-stablishment, en mayor o menor medida, que, contrariamente a lo que pretenden conseguir, se difundirán de una forma más rápida y popular. Hablamos pues de artículos de opinión ajenos al stablishment periodístico.

En 2008 ya buscaban chuscos de pan que llevarse a la boca


Posiblemente, y siendo algo optimistas, periodistas con algún tipo de concepto de la ética y la honorabilidad dejarán de trabajar para los grandes periódicos para montar sus sitios online de forma barata y con intencionalidad de beneficio económico, segmentando así la fuerza de la prensa oficialista.  Google News España posiblemente cerrará, Facebook y Twitter España cerrarán, y a ello va ligado el despido de todos los trabajadores vinculados a estas empresas.

Económicamente nadie ganaría, y solo perdería España. Las empresas migrarían su sede del país y, a posteriori, dejarían de ofrecer sus servicios en la Península. Mientras que, por otro lado, las empresas que no puedan migrar y se vean afectadas por el “canon Google” se verán obligadas a cerrar.  Una vez más una jugada brillante para impulsar la economía española. Bueno española, de algunos españoles.

Pero, una vez más, le han demostrado a este triste caníbal que Internet sigue siendo nuestro seno, nuestro nido y el verdadero cobijo de la revolución. Pues los asociados de la AEDE acaban de colocarse una pistola en la cabeza y nos toca a nosotros, los verdaderos hijos del quinto sol, apretar el metafórico gatillo. Sin darse cuenta acaban de inmolarse –también metafóricamente- ante los miles de millones de jóvenes que tienen claro la forma de actuar de la casta.

Lo peor que podían hacer, vincularse con la casta, adoptar su postura, tratar de blindarse a toda costa e ir siempre en busca del dinero acabará dinamitando una débil industria que no sabe dónde ubicarse tras la salida de Internet. Una vez más, vuestro desconocimiento del medio hará que caigáis en aguas pantanosas de las que os costará demasiado esfuerzo salir.

 El Caníbal

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