Willy Meyer, cabeza de lista de IU a las europeas. / KIKE PARA. VÍA EL PAÍS |
El eurodiputado Willy Meyer dimitió el pasado 25 de junio. Se
descubrió que el Eurodiputado –junto a otros políticos nacionales de peso como
Montoro, Arias Cañete o Elena Valenciano- había participado durante 2004 a 2009
en un fondo de “pensiones” en Luxemburgo
que tributaba a través de una SICAV.
En sí mismo, este hecho –inicialmente- ni es ilegal ni
debería ser ningún problema más allá del choque ideológico que supone para un
partido como Izquierda Unida, que apuesta por un sistema anti-capitalista, al
menos eso nos cuentan sus oradores, mientras sus altos mandatarios invierten
cantidades indecentes de dinero en SICAV que ni siquiera tributan en España.
Para comprender este hecho deberíamos analizar que es una SICAV.
La SICAV (Sociedad de inversión de capital variable) actúan como
fondos de inversión o fondos de pensiones en los cuales es necesaria una alta
suma de capital inicial -en España hablamos de 2.400 millones de euros- y un
gran número de participantes –en España 100- para poderse hacer efectivas. Como
ventaja respecto otros fondos de inversión o de pensiones, las SICAV apenas
tributan al estado -1% frente al 21% de los fondos normales- mientras no se
vendan las acciones de los participantes, es decir, que mientras no se cambie
de manos el fondo no tributa. Como contrapunto, es necesario informar a la
Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre los mayores accionarios de
cualquier SICAV. Así el pueblo español puede hacerse una idea de cuáles son las
mayores fortunas de España.
En el momento en que transferimos las cifras de una SICAV a
Luxemburgo la cosa se pone algo más turbia. Ya no necesitamos 100 accionistas y 2.400
millones de euros para formar un SICAV en Luxemburgo, sólo necesitamos 300.000
euros y no tenemos un mínimo de accionistas. Para colmo las SICAV luxemburguesas
sólo tributan de un 0.01 a un 0.05% de
su capital y no hace falta informar a nadie sobre quién administra dichos
fondos. ¿A qué nos lleva eso?
Muy sencillo, gracias a las facilidades de movimientos
fiscales que supone la Unión Europea, las grandes fortunas continentales pueden
almacenar su dinero en pequeños -o grandes- fondos de inversiones invisibles en
SICAV tributando una miseria, generando el menor de los movimientos posibles y facilitando
a las élites financieras esconder la cuantía de sus inversiones al fisco de sus
países de origen. Esto último no es realmente así puesto que declaran –o deberían
declarar- que poseen acciones en tal o cual fondo de inversión, pero en
definitiva el dinero se encuentra en paraísos fiscales encubiertos como
Luxemburgo, tributan allí y, nada puede hacer el fisco del país de origen para rascar
algo de dicho dinero. Todo muy bien
atado y cerrado.
Me recuerda a los –ya casi desaparecidos- fascículos. Un
tipo de producto, normalmente un objeto, souvenir, película, etc. que viene
acompañado de una pequeña publicación escrita, una pequeña revista. El truco
estaba –o sigue estando- en que el I.V.A. de los productos corrientes es del
21% mientras que el de publicaciones escritas tales como libros o revistas es
solo del 4%. Técnicamente lo que se compra es una revista que regala como
obsequio un objeto, por lo que el comprador solo paga el 4% de I.V.A. y así se
consigue un producto final (fascículo + objeto) a un precio más competitivo –nada
más y nada menos que un 17% más barato- . Las SICAV funcionan de una forma
similar pero en vez de fascículos para construir tu navío en 10 prácticas
lecciones se invierten millones de euros en fondos de inversión, esta vez con
una rebaja tributaria del 20%.
El lector avispado ya se habrá dado cuenta de que estamos
constantemente hablando de fondos de inversión o fondos de pensión. Eso, a la
praxis, es invertir. Ergo existe la posibilidad de pérdida económica del dinero
pues al final estamos “apostando” nuestro capital económico en un juego de
fondos, divisas y product trading internacional. Nada más lejos de la realidad.
El funcionamiento básico pasa por socializar: los
neo-liberales son muy, muy curiosos, incapaces de soportar el Estado en sus
transacciones económicas a gran escala pero cuando hay pérdidas se convierten
automáticamente en Karl Marx. Estos chicos son muy listos, ya les hemos visto
actuar con anterioridad, si las cosas funcionan perfectamente –y no hay pérdidas-,
aquí todos bien calladitos. Si el fondo de inversión pierde dinero se
socializan las pérdidas y es entonces cuando el ciudadano medio tiene que cubrir
con esas pérdidas de un fondo privado.
¿Pero como puede ser esto posible?
Fa-ci-lí-si-mo.
Resulta que el mal llamado fondo de pensiones de los
eurodiputados no era un fondo de pensiones a la praxis, pues los propios
europarlamentarios podían retirar el dinero en cualquier momento. Eso
contradice todo tipo de fondo de pensiones –en los que hay que esperar hasta
tener la edad necesaria para jubilarse, en su caso escasos 63 años-. Las fechas coinciden, pues hasta 2009 los sueldos de los
eurodiputados venían dados por la legislación vigente. Pero a partir de 2009 en
la Unión Europea entró en vigor el Estatuto de los Eurodiputados, una
normativa que establece el mismo sueldo para todos los miembros de la
Eurocámara, así como la entrada del nuevo sistema de pensiones retributivas. Eso
facilitó que el chollo se acabara.
Hasta llegar a esta situación –o solución- el fondo de
pensiones había sido inflado con dinero público de los diferentes países de
Europa. Hasta tal punto en que entre 2000 y 2009, el Europarlamento inyectó a este fondo 95 millones de euros, lo que representa el 68,5% de las aportacionestotales ingresadas en la sicav.
¿Qué pastel tenemos ahora?
El peor de ellos. Resulta que masivamente, antes de la
incorporación del nuevo Estatuto, los europarlamentarios retiraron grandes
cantidades del fondo de “pensiones” dejando en él un déficit de 207 millones de
euros. Con todo el morro, a cara descubierta y sin tapujos. Las reacciones no
se hicieron esperar, según El Mundo.
La Dirección
General de Finanzas de la Eurocámara recuerda que estos compromisos
de pago "están repartidos durante varias décadas" ya que no todos van
a jubilarse al mismo tiempo. Pero también admite su "preocupación"
sobre "el posible agotamiento del fondo". En este sentido, recuerda
que el Parlamento Europeo -es decir, los
contribuyentes europeos- es el responsable último de "garantizar el pago
de los derechos de pensión para todos los antiguos y actuales eurodiputados que
han participado en este fondo".
En definitiva, una treta más. La
camorra actua de nuevo. Tenemos unos 58 eurodiputados españoles –a sumar los
parlamentarios extranjeros- que se han beneficiado de un fondo de inversión
privado hasta que les ha interesado y, a posteriori, lo han vaciado como
aquellos ladrones de Ali Ba-ba, salvo que esta vez eran 58 en vez de 40. El
agujero del fondo de pensiones es casi el mismo –algo superior- que el presupuesto
destinado a prestaciones sociales en España. Es decir, los europarlamentarios
que formaban parte del famoso fondo de pensiones han dejado un pufo del mismo
valor que todas las pensiones, prestaciones por desempleo, educación, cultura, sanidad y fomento de empleo en España durante el 2014.
Más y más pasteles
¡Que el ritmo no pare, no pare no,
que el ritmo no pare! El fondo de pensiones de los funcionarios españoles, con 630 millones de euros, también invierte en sicavs.
“El fondo en cuestión se llama
Fondo Age (Administración General del Estado) y está gestionado por BBVA. Como
puede verse en su último folleto mensual, su tamaño es de 633 millones de
euros, a pesar de que Mariano Rajoy congeló las aportaciones en 2012, entre sus
primeras medidas de recorte, en una medida que afectó a los más de 610.000
partícipes que lo componen. Pese a esto, en 2012 los titulares realizaron
aportaciones personales por 1,7 millones.”
“Conforme aparece en su memoria de
2012, el 6% de la cartera estaba invertido en fondos de inversión
internacionales, mientras que otro 3% era para inversiones alternativas. Y
analizando sus cuentas de 2013, (a partir de la página 30) pueden verse
posiciones en activos como el fondo Morgan Stanley European Currency, Fidelity
Euro High Yield, Invesco Euro Corporate Bond, Robecco High Yield Bonds, Amundi
Funds Bond Euro Hifh Yield o Schroeder Japan Select Equities. Todos denominados
en euro y todos registrados en sus respectivas sicavs luxemburguesas.”
La hipocresía de la casta en estado
puro. Congelamos las aportaciones a los trabajadores públicos, pero les abrimos
un plan de pensiones privado e invertimos el capital para que nuestros amigos
del BBVA gestionen todo, dándoles un poder que no les corresponde. Un forero de burbuja.info nos explica cómo y porqué se creó este plan de pensiones. Cito textualmente:
"Se creo para compensar una
subida salarial conforme al IPC que se tenía que haber producido y que por
motivos presupuestarios no se produjo. Parte de esta subida salarial no
efectiva, concretamente un 0,5%, se compenso con la creación de este plan.
No es voluntario. Puedes renunciar
pero no te dan el dinero en vez de la aportación, y en los últimos años se lo
han pulido también: con la crisis no hay aportaciones, ni ha habido
compensación alguna, así que esta supuesta subida salarial se ha perdido”.
Efectivamente, más claro el agua.
Yo no te subo el sueldo porque por lo visto no hay dinero suficiente para
hacerlo –aunque suba el nivel de vida año tras año y, por lo tanto, todo sea más
caro y tu pierdas poder adquisitivo- y te compenso con un fondo de pensiones
obligatorio con la promesa de que ese fondo te reembolsará -en un futuro- lo
que te corresponde. Al final ni futuro, ni reembolso ni nada. Una gestión
ejemplar.
El caníbal.
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